17 octubre 2013

Varices

¿Qué son?
 Las varices o insuficiencia venosa periférica son venas, dilatadas y tortuosas en su trayecto, incapaces de garantizar de manera eficaz el retorno sanguíneo al corazón.
Solemos emplear el término varices para referirnos a las que aparecen en las piernas porque son las más frecuentes, pero pueden surgir en otras zonas del cuerpo: varices esofágicas, hemorroides o en los testículos (varicocele).



¿Por qué se producen?

La sangre rica en oxígeno llega a todos los órganos y tejidos del cuerpo a través de las arterias y, gracias a las venas, la sangre pobre en oxígeno es trasportada de vuelta al corazón.

La sangre de las piernas debe ascender venciendo la fuerza de la gravedad. Para facilitar esta tarea, las venas poseen unas válvulas que impiden que la sangre retroceda, y cuentan además con la colaboración de los músculos de las piernas que, al contraerse, ayudan a empujar la sangre hacia el corazón.

Cuando estos mecanismos fallan, la sangre se acumula, aumenta la presión en el interior de las venas, sus paredes se dilatan aumentando en diámetro y longitud y al alargarse terminan retorciéndose y formando nudos en su recorrido.

¿Quién puede padecerlas?

Cualquier persona puede sufrirlas, pero es más frecuente en mujeres, edades avanzadas, personas con sobrepeso y en quienes permanecen muchas horas de pie a lo largo del día. También existe un componente hereditario.

La ingesta de anticonceptivos orales, el embarazo, el sedentarismo y la falta de ejercicio favorecen su aparición.

¿Qué síntomas dan?

Varían mucho de unas personas a otras, desde los casos que solo suponen un problema estético por la visualización de la red venosa, a aquellos que cursan con dolor, pesadez, piernas cansadas, hormigueos, calambres (nocturnos principalmente), sensación de calor, picor o escozor e hinchazón de pies y tobillos sobre todo.

En casos avanzados pueden aparecer cambios en la coloración de la piel, hemorragias por rotura de las venas varicosas debido al rascado o a un traumatismo, úlceras, infecciones.

Hay que distinguir la flebitis superficial, inflamación de una vena varicosa que aparece, a simple vista, como un cordón dilatado, endurecido y doloroso, con la piel de alrededor enrojecida y caliente, de la flebitis profunda, que es menos frecuente y puede tener graves consecuencias como el tromboembolismo pulmonar por desprendimiento de un trombo (coágulo) en su interior.

¿Cómo se diagnostican?

Suele ser suficiente con la historia clínica y la exploración física. Como prueba complementaria, el Eco-doppler es la que más información nos proporciona al mostrarnos el flujo venoso completo, sus anomalías y el grado de afectación.

¿Cuál es su tratamiento?

No existe actualmente ningún tratamiento definitivo que permita recuperar el daño ocasionado en el sistema venoso. El tratamiento irá encaminado a aliviar los síntomas y enlentecer la progresión de la enfermedad.

Medias de compresión

Ejercen la función de retorno venoso que las venas enfermas no pueden llevar a cabo. Deben usarse tanto en invierno como en verano y colocarse antes de levantarse, o inmediatamente después de la ducha, y quitarse por la noche al acostarse.

Fármacos

Contribuyen a aliviar los síntomas y tratar las complicaciones.

Cirugía

Muy efectiva, pero no siempre es suficiente y no está indicada en todos los casos. Consiste en la extirpación de las venas afectadas.

Esclerosis

Se trata de obstruir las varices mediante la aplicación de sustancias químicas o medidas físicas (frío, láser, radiofrecuencia). La vena varicosa queda como un cordón cicatrizado sin sangre en su interior y prácticamente invisible. Existe una gran variedad de técnicas.

¿Cómo podemos prevenirlas?

Aquí tienes unas recomendaciones para mejorar la circulación venosa:

·        Controla el sobrepeso y el estreñimiento. Aliméntate de forma sana. Evita el alcohol y el tabaco.

·        Intenta no pasar muchas horas seguidas sentado o de pie. Cambia de postura al menos cada hora, y procura poner las piernas en alto y moverlas. Puedes dormir con las piernas ligeramente elevadas colocando algún cojín o almohada en los pies de la cama.

·        Realiza algún tipo de ejercicio con regularidad, sobre todo caminar, pero también es muy beneficioso subir y bajar escaleras, nadar o andar en bicicleta. Disponemos también de ejercicios específicos para controlar las varices. Son muy sencillos, eficaces y se pueden hacer en cualquier momento y lugar.


·        Aplícate con frecuencia masajes en las piernas en sentido ascendente (desde el pie a la rodilla) con agua fresca (10-20 segundos, no hace falta más) o crema hidratante, evita los baños o duchas muy calientes y aléjalas de las fuentes de calor (estufas, radiadores). Si vives al lado del mar, aprovecha y date largos paseos por la orilla, ¡es lo mejor para activar la circulación!

·        No uses ropa demasiado ajustada.

·        Emplea calzado cómodo, ni muy bajo, ni muy alto. Lo ideal es un tacón de 4-5 cm.



Como ves, las varices no solo son antiestéticas, sino que pueden ocasionar síntomas muy molestos y complicaciones importantes. Lo mejor que puedes hacer, sobre todo si tienes factores de riesgo, es tomar medidas para prevenirlas.


¡Hasta la semana que viene!
@raqv2401
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