13 febrero 2014

El jilguero

Donna Tartt está arrasando —internacionalmente— con su tercer libro, The Goldfinch. La autora estadounidense, que se toma su tiempo para escribir y parece ser que sigue un ritual estructurado a la hora de elaborar sus historias, ya obtuvo buenos resultados con El secreto (2003) y Juego de niños (1992). Desde su publicación en octubre de 2013 en inglés, El jilguero se ha posicionado en los primeros puestos de las listas de ventas, llegando a liderarlas en muchas ocasiones. Pero no es solo cuestión de gustarle al gran público, las críticas y el reconocimiento que está obteniendo la obra la hacen digna de tomarse un momento para conocer un poco más sobre ella y ver si la añadís a vuestra lista de lecturas.

Theo Decker, un chaval de trece años, y su madre se resguardan de la lluvia en el Met (Metropolitan Museum of Art de Nueva York). Pero lo que allí dentro los espera no es otra cosa que la explosión de una bomba en un ataque terrorista donde su madre —y otra mucha gente— pierde la vida. Entre las víctimas, se encuentra un hombre mayor llamado Welton Blackwell, Welty, que le entrega un anillo a Theo en sus últimos segundos de vida.

En estado de shock y terriblemente aterrorizado, Theo cree entender que Welty está interesado en un cuadro de Carel Fabritius, The Goldfinch. Así que también lo coge y se lo lleva con él, sin pensar en las implicaciones que luego le traerá esta decisión.


The Goldfinch de Donna Tartt, cubierta
de la edición en inglés

Es inevitable, para todo aquel que conozca un poco la producción literaria de Charles Dickens —el que esté libre de pecado que tire la primera piedra—, sentir cuán grandes son las similitudes entre la novela de Donna Tartt y las historias del maestro británico.

Cuando Theo se queda huérfano de madre, y al tener un padre ausente que los abandonó hace años, se va a vivir con la familia de un compañero de colegio, Andy Barbour, el genio de la clase. El señor Barbour es buena gente, mientras se tome las pastillas. La señora Barbour parece vivir entregada a la frivolidad social, pero en el fondo tiene un punto cariñoso. El hermano mayor, Platt, es un matón. Kitsey, que entonces tiene unos nueve años, es la princesa de la casa y, luego, está el pequeño y sentido Toddy.

Poco después, entra en escena Larry Decker, el padre de Theo, cuyo pasado de delincuencia, vicios y juego lo precede. Su intención es llevárselo a Las Vegas, donde vive junto a su novia Xandra y donde da la impresión de que se ha establecido como un jugador habitual de cierto éxito.

Luego aparecerán amigos y malas compañías, distinguirlos será difícil. Habrá un amor de la infancia, que parecerá inviable, al tiempo que otro sin demasiado sentido sigue su curso. También harán acto de presencia las fuerzas criminales, el abogado de nombre “pintoresco” —como el de casi todos los personajes—, los aprovechados, muchos secretos… dando lugar a subtramas que enriquecen enormemente la parte lúdica de la lectura. Y, mientras, el lector asiste a la evolución del protagonista desde su niñez hasta convertirse en un hombre adulto. Es un bildungsroman en toda regla.

Los escenarios, al igual que la perspectiva de la novela, van cambiando a lo largo de ésta: Nueva York, Las Vegas, Ámsterdam… y son bastante distantes entre sí, tanto geográficamente como en el significado que tienen para la vida de Theo Decker.

Pintura original de Fabritius Carel

¡Y el cuadro! En 1654, el alemán Carel Fabritius, uno de los más notables discípulos de Rembrandt, pintaba este cuadro que aparece en la cubierta original del libro y que se convierte en una especie de excusa que funciona como hilo conductor de la historia, de nuevo el recurso del MacGuffin. ¿Pero representa algo más a otro nivel?


“When I looked at the painting I felt the same convergence on a single point: a flickering sun-struck instant that existed now and forever. Only occasionally did I notice the chain on the finch’s ankle, or think what a cruel life for a little living creature—fluttering briefly, forced always to land in the same hopeless place.” 
Theodore Decker. Donna Tartt, The Goldfinch


Si os sentís cómodos leyendo en inglés o en alemán, ya podéis disfrutar de The Goldfinch. Pero si preferís la versión en castellano, no será hasta justo dentro de un mes cuando podáis haceros con El jilguero, ya que la editorial Lumen planea su publicación el 14 de marzo de este mismo año.



Sea como sea, seguid leyendo,

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