Disney
adaptó el año pasado, tras muchos intentos frustrados desde la década de 1940,
el cuento de Hans Christian Andersen La
reina de las nieves. Y con esta animación, creada por ordenador y
recurriendo en alguna ocasión al dibujo manual, consiguió dos premios Oscar (uno de ellos por la canción Let It Go), un
BAFTA, dos Critic Choice Awards, dos Globos de oro, cinco premios Annie y otros
tantos más.
Además,
a día de hoy, sigue colapsando la lista de ventas en Amazon tanto con la
adaptación de la película a libro como con los diversos álbumes de pegatinas, dibujos
para colorear y cuadernos con actividades para niños de diferentes franjas de
edad.
Este
fenómeno, el de la novela o el cuento clásico llevado al cine y,
posteriormente, el reescribir la obra para adaptarla al formato libro, ha
sucedido varias veces —sobre todo en lo relativo a las películas de “dibujos
animados”— y no por ello deja de ser curioso.
¿Pero
qué diferencias hay entre el cuento de Andersen y el producto con la marca
Disney?
Es un
hecho evidente que la historia va sufriendo transformaciones importantes en su
paso de un formato a otro y tampoco hay que olvidar, en el caso de obras
dirigidas al público infantil, que restarle relevancia a la manera de contarla
termina siendo un error.
En el
relato de Hans Christian Andersen, los protagonistas son dos niños, Gerda y
Kay. Son vecinos desde siempre y sin ser hermanos, se quieren como tal, según
dice el narrador omnisciente cuando se dirige a su audiencia.
Pero un
día, en el corazón de Kay entra el fragmento de un espejo, inventado mucho
tiempo atrás por una especie de demonio con el fin de empequeñecer lo bello y
original y realzar la fealdad y lo negativo.
El niño
comienza a comportarse de manera cruel y fría, burlándose de todos y
distanciándose de Gerda. Hasta que, atado a su trineo, la reina de las nieves
se lo lleva con ella. Y desde ahí… toca leerlo, pero os podéis hacer una idea.
Es la lucha del bien y del mal, de la bondad y la crueldad.
Ilustración de Vilhelm Pedersen para La reina de las nieves |
En la
adaptación con sello Disney, dos niñas pequeñas —esta vez sí hermanas—, Elsa y
Anna, viven en el reino de Arendelle junto a sus padres, los reyes. Elsa, la
mayor, posee el poder de convertir en hielo lo que toca y una noche, entre
juegos, introduce un pequeño fragmento de hielo en la cabeza de su hermana
pequeña. Gravemente herida, Anna es curada por los trolls y estos les advierten a sus padres del peligro que existe:
si el hielo le da en el corazón a cualquier ser humano, irá congelándose hasta
morir. Solo un verdadero acto de amor podrá romper ese hechizo.
Así que
Elsa es apartada de su hermana y aislada del resto del mundo. No aprende a
controlar el poder que tiene y vive en soledad, sin recibir amor de ninguna
clase. Pero sin perder el que ella siente, sobre todo por Anna.
Años
después, cuando ya son adultas y tras haber perdido a sus padres, llega el día
irrevocable de la coronación de Elsa y hasta la corte acuden visitantes de
todos los puntos geográficos. Es la primera vez, en mucho tiempo, que Elsa
tiene que relacionarse con otros y el riesgo es evidente. Pero no estarán
solas, ella cuenta con la lealtad incondicional de Anna y ésta, tendrá la ayuda
del simpático Hans, el testarudo y apuesto Kristoff, el muñeco de nieve Olaf y Sven,
un reno muy peculiar.
Elsa y Anna, jugando de niñas |
Elsa, la reina de las nieves |
Anna, valiente y alocada |
Hans, siempre atento |
Kristoff, noble y bueno |
"Hola, soy Olaf y me gustan los abrazos calentitos" |
¡Sven! |
Como
siempre, en la versión de Disney existe un mensaje moral, como también lo hay
en Snedronningen, La reina de las nieves
de Andersen. Pero a diferencia de ésta, la adaptación actual evade
implacablemente la presencia del elemento religioso. Hay magia, sí, en ambas.
Sin embargo, son continuas las menciones y alusiones al dios cristiano en Snedronningen. Y la oscuridad tanto en
la trama como en la profundidad de los sentimientos y la psicología de los
personajes es mucho más destacable en la historia original. Aunque en ambas la
idea principal sea derretir el mal a base de amor verdadero.
En
cualquier caso, si tenéis oportunidad, leed el cuento, ved la película y
echadle un vistazo al libro de ésta. Así, vosotros mismos podréis comprobar
cómo mutan las historias con el tiempo y los medios, pero… los sentimientos
permanecen, es lo que las convierte en UNIVERSALES.
¡Leed!
@rpm220981
rpm.devicio@gmail.com
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