08 mayo 2014

Frozen

Disney adaptó el año pasado, tras muchos intentos frustrados desde la década de 1940, el cuento de Hans Christian Andersen La reina de las nieves. Y con esta animación, creada por ordenador y recurriendo en alguna ocasión al dibujo manual, consiguió dos premios Oscar (uno de ellos por la canción Let It Go), un BAFTA, dos Critic Choice Awards, dos Globos de oro, cinco premios Annie y otros tantos más.

Además, a día de hoy, sigue colapsando la lista de ventas en Amazon tanto con la adaptación de la película a libro como con los diversos álbumes de pegatinas, dibujos para colorear y cuadernos con actividades para niños de diferentes franjas de edad.

Este fenómeno, el de la novela o el cuento clásico llevado al cine y, posteriormente, el reescribir la obra para adaptarla al formato libro, ha sucedido varias veces —sobre todo en lo relativo a las películas de “dibujos animados”— y no por ello deja de ser curioso.

¿Pero qué diferencias hay entre el cuento de Andersen y el producto con la marca Disney?

Es un hecho evidente que la historia va sufriendo transformaciones importantes en su paso de un formato a otro y tampoco hay que olvidar, en el caso de obras dirigidas al público infantil, que restarle relevancia a la manera de contarla termina siendo un error.

En el relato de Hans Christian Andersen, los protagonistas son dos niños, Gerda y Kay. Son vecinos desde siempre y sin ser hermanos, se quieren como tal, según dice el narrador omnisciente cuando se dirige a su audiencia.

Pero un día, en el corazón de Kay entra el fragmento de un espejo, inventado mucho tiempo atrás por una especie de demonio con el fin de empequeñecer lo bello y original y realzar la fealdad y lo negativo.

El niño comienza a comportarse de manera cruel y fría, burlándose de todos y distanciándose de Gerda. Hasta que, atado a su trineo, la reina de las nieves se lo lleva con ella. Y desde ahí… toca leerlo, pero os podéis hacer una idea. Es la lucha del bien y del mal, de la bondad y la crueldad.

Ilustración de Vilhelm Pedersen para La reina de las
nieves

En la adaptación con sello Disney, dos niñas pequeñas —esta vez sí hermanas—, Elsa y Anna, viven en el reino de Arendelle junto a sus padres, los reyes. Elsa, la mayor, posee el poder de convertir en hielo lo que toca y una noche, entre juegos, introduce un pequeño fragmento de hielo en la cabeza de su hermana pequeña. Gravemente herida, Anna es curada por los trolls y estos les advierten a sus padres del peligro que existe: si el hielo le da en el corazón a cualquier ser humano, irá congelándose hasta morir. Solo un verdadero acto de amor podrá romper ese hechizo.

Así que Elsa es apartada de su hermana y aislada del resto del mundo. No aprende a controlar el poder que tiene y vive en soledad, sin recibir amor de ninguna clase. Pero sin perder el que ella siente, sobre todo por Anna.

Años después, cuando ya son adultas y tras haber perdido a sus padres, llega el día irrevocable de la coronación de Elsa y hasta la corte acuden visitantes de todos los puntos geográficos. Es la primera vez, en mucho tiempo, que Elsa tiene que relacionarse con otros y el riesgo es evidente. Pero no estarán solas, ella cuenta con la lealtad incondicional de Anna y ésta, tendrá la ayuda del simpático Hans, el testarudo y apuesto Kristoff, el muñeco de nieve Olaf y Sven, un reno muy peculiar.

Elsa y Anna, jugando de niñas
Elsa, la reina de las nieves
Anna, valiente y alocada
Hans, siempre atento
Kristoff, noble y bueno
"Hola, soy Olaf y me gustan los abrazos calentitos"
¡Sven! 
Como siempre, en la versión de Disney existe un mensaje moral, como también lo hay en Snedronningen, La reina de las nieves de Andersen. Pero a diferencia de ésta, la adaptación actual evade implacablemente la presencia del elemento religioso. Hay magia, sí, en ambas. Sin embargo, son continuas las menciones y alusiones al dios cristiano en Snedronningen. Y la oscuridad tanto en la trama como en la profundidad de los sentimientos y la psicología de los personajes es mucho más destacable en la historia original. Aunque en ambas la idea principal sea derretir el mal a base de amor verdadero.




En cualquier caso, si tenéis oportunidad, leed el cuento, ved la película y echadle un vistazo al libro de ésta. Así, vosotros mismos podréis comprobar cómo mutan las historias con el tiempo y los medios, pero… los sentimientos permanecen, es lo que las convierte en UNIVERSALES.

¡Leed!
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