03 julio 2014

A solas con un extraño

Honey Brown es una escritora australiana no demasiado conocida en nuestro país, pero sus novelas tienen muchas papeletas para empezar a conquistarnos, sobre todo si el resto de sus obras se parecen un poco a la que nos ocupa, A solas con un extraño (Grijalbo, 2014). De momento, llega avalada por el reconocimiento en forma de premios: Red Queen (2009) consiguió el Aurealis Award, The Good Daughter (2011) fue nominada para el Miles Franklin Literary Award y el Barbara Jefferis Award, After the Darkness fue seleccionada por el Australian Women’s Weekly Great Read. Y Through the Cracks, la que será su quinta novela, llegará este año. Pero, paso a paso, empecemos con A solas con un extraño, cuyo título original es Dark Horse.

Sarah es una mujer de 35 años, apasionada de los caballos, vive en una finca en Lauriston, una pequeña localidad australiana. Allí se dedicaba a ofrecer rutas ecuestres como actividad recreativa para los turistas por la montaña del Diablo, en la sierra de Mortimer, y además cuidaba de su yegua Tansy. Pero las cosas no van bien y el día de Navidad decide pasarlo arriba, en la cumbre de la montaña, a solas y con tranquilidad.

Durante la ascensión, se desata un temporal de proporciones bíblicas, el río se desborda, el único puente queda inservible y Sarah y Tansy tienen que refugiarse en la Cabaña del Ahorcado. Pero… pronto descubrirán que no están solas. Allí arriba hay alguien más, un hombre joven, atractivo, misterioso y con extrañas actitudes que desconciertan a Sarah y hacen que tema por su propia seguridad. Dice llamarse Heath.


A solas con un extraño (Dark Horse)
de Honey Brown

Aunque el narrador es omnisciente —tercera persona del pasado—, ofrece la perspectiva del personaje de Sarah constantemente. Y eso, casi por momentos, empuja al lector a sentir que es ella misma quien cuenta la historia.

Pero en esta ocasión, más que hablar de los personajes, lo relevante es analizar, hasta donde nos lo permita la “ética del no-destripe”, la relación que se establece entre los dos protagonistas.

Sarah es una mujer con una realidad bastante conflictiva, no es feliz y, aunque demuestra ser lo suficientemente capaz de sobrevivir en las circunstancias adversas en que las sumerge el temporal, es vulnerable ante la presencia de Heath. Él es un desconocido, un tipo muy guapo que la atrae, pero al mismo tiempo desconfía de él, de sus intenciones y de su secretismo. Eso la arrastra a mantener una batalla interior entre dejarse convencer ante la amabilidad de Heath o intentar escapar… Un momento, ¿escapar? Están atrapados en una montaña que se desmorona con continuos deslizamientos, así que las medidas tendrían que ser otras, quizás algo más drásticas.

Honey Brown, la escritora

La historia de A solas con un extraño (Grijalbo, 2014) se desarrolla en Australia, como ya anticipábamos en las líneas previas. Y es la primera vez que en esta sección nos acercamos hasta allí. China, Nigeria, Reino Unido, Estados Unidos, España, Italia, Pakistán, Suiza, Francia, Irlanda, Noruega, Holanda, Grecia… Ya tocaba.

La montaña del Diablo, escenario casi único de la novela, constituye el medio hostil, el lugar conocido y “acogedor” que se transforma en un obstáculo capaz de engullir a la protagonista. Es parte de las circunstancias requeridas, junto con el temporal, para que la historia sea esta historia.

En cuanto a la temática, hay un antes y un después, según se haya leído o no. Suele suceder siempre. En este caso, podríamos decir que destaca la intensa atracción que causa lo prohibido, el peligro y no solo en la protagonista, al lector probablemente también le suceda.

Y ya, tras leerlo pero sin destripar, destacar esa tendencia común de juzgar a los demás y las situaciones cuando, en realidad, no tenemos ni idea siquiera de un fragmento de la verdad. A veces, todo es cuestión de perspectiva.

El estilo narrativo, al principio, en las primeras páginas, es un poco perturbador. Cuesta avanzar porque la sintaxis no ayuda. Sin embargo, luego eso deja de percibirse y pasa a ser fluido hasta el punto de obligar al lector a devorar página tras página como si, en lugar de 300, fueran 30.


Llegados a este punto, ya sabéis… si os apetece saber qué pasó en la Cabaña del Ahorcado, la novela de Honey Brown es una lectura de verano muy recomendable.

Leed, aunque sea en la playa o la piscina, ¡pero leed!

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