Con el
estreno de su adaptación cinematográfica en Estados Unidos, la trilogía de la
joven Veronica Roth se ha encumbrado al número uno de la lista de ventas una
vez más. Se refieren a ella como la nueva Los
juegos del hambre de Suzanne Collins por las muchas similitudes que
comparten, tanto por el público al que inicialmente van dirigidas como por la
realidad distópica que presentan o
los valores que, en el fondo, parecen resaltar.
Divergente es el título tanto de la trilogía, compuesta
además por Insurgente y Leal, como del primer volumen. Y, de
momento, será en este en el que nos centremos ahora.
Divergente narra la historia de Beatrice Prior, una
chica de 16 años que vive en un Chicago distópico
del futuro. Y en esa realidad que creada por Veronica Roth, el mundo se divide
en varias facciones para poder mantener la paz: Abnegación, Verdad,
Cordialidad, Erudición y Osadía. En cada una de ellas, las personas se dedican
de forma ferviente a desarrollar y promover esa característica que los
distingue. Para ellos es una suerte de religión, casi más que filosofía de
vida.
Beatrice,
Tris, pertenece a la facción de Abnegación, donde ha crecido junto a sus padres
y su hermano Caleb. Sin embargo, como a cada joven que cumple los 16 años, le
llega la “oportunidad” de elegir facción. Y, para ello, debe someterse unas
pruebas donde le suministran una droga para simular una especie de sueño que
determinará las características que reúne para estar en una facción o en otra. Pero
los resultados de Beatrice la incluyen en tres: Abnegación, Osadía y Erudición.
No es completamente apta para ninguna de ellas y eso significa que está fuera
del sistema, es una anomalía, es una divergente. Y, para salvaguardar su vida,
ha de mantenerlo en secreto.
A pesar
de eso, cuando llega el día de la Ceremonia de la Elección, Beatrice decide
abandonar Abnegación y adentrarse en Osadía, donde comenzará una fase de
entrenamiento para ingresar como miembro de la facción. Una facción a la que no
pertenece totalmente… y eso traerá consecuencias.
El personaje
de Beatrice Prior, al menos en esta primera entrega, es el protagonista de peso
en la historia y entrar en descripciones sobre ella, después de haber dicho a
qué tres facciones podría pertenecer, sería quizás redundante. Pero si le
queréis poner cara, en la adaptación al cine le da vida Shailene Woodley, la
misma que interpreta a Hazel Grace en Bajo la misma estrella.
A Tris
la acompañarán otros personajes, tanto los que deje en Abnegación como los que
se encuentre en Osadía, e igualmente estas características a priori serán
obvias y marcarán el comportamiento homogéneo de cada uno. Pero habrá sorpresas
que, de momento, le pertenecen al lector. Solo señalar algunos nombres, sobre
todo porque con la información de la película, que se estrenará el 30 de abril
en España, es absurdo no hacerlo.
Tobias
Eaton, más conocido como Cuatro, será el instructor del grupo en el que está
Tris y si decimos que lo interpreta Theo James, cada uno que saque sus propias
conclusiones “adelantadas” sobre el rol que ejercerá en la historia. Más cuando
Ansel Elgort —Augustus Waters en Bajo la misma estrella— será Caleb, el hermano de Tris, a quien ella cree muy
integrado en Abnegación sin sospechar nada en absoluto.
Christina
y Peter serán compañeros de Tris en su grupo de iniciados, además de ser
figuras importantes en el desarrollo de la novela. Como también lo son Andrew y
Natalie Prior, los padres de Beatrice y Caleb, miembros de Abnegación porque lo
eligieron y ahora él es uno de los líderes.
Shailene Woodley es Beatrice Prior |
Theo James es Tobias Eaton, Cuatro |
Ansel Elgort es Caleb Prior |
Kate Winslet interpreta a Jeanine Matthews, líder de Erudición |
Ashley Judd y Tony Goldwyn son Natalie y Andrew Prior, los padres |
La voz
narrativa es la de la propia Beatrice Prior, en presente, con lo que se
consigue una mayor cercanía a la hora de leer y esto, sin duda, hace más
intensas las escenas de acción, que abundan, y la constante tensión derivada de
la aventura. Porque esa es una de las características indiscutibles del estilo
que Veronica Roth pone en práctica en Divergente:
directo, ágil, rozando lo trepidante por momentos.
No es
una lectura sesuda, no al menos para cierto grupo de edad y, probablemente,
tampoco lo sea para los lectores a los que va dirigida la literatura juvenil.
Pero sin duda consigue lo que busca: entretener.
El
escenario, en líneas generales, como hemos comentado era un Chicago del futuro,
en una versión distópica —utopía
negativa—, que siempre dan mucho juego.
Y, con
todo esto como referencia, ahora es a vosotros a quienes os toca decidir si os
apetece leerla o no. Aunque si decidís ver las películas, ¿por qué no darle una
oportunidad a los libros si es que os gusta la temática?
¡Leed!
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rpm.devicio@gmail.com
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