18 diciembre 2014

Cautivada por ti

Sylvia Day regresa con Cautivada por ti (Captivated by You), la cuarta entrega de la serie Crossfire. Así, lo que comenzó como una trilogía con No te escondo nada (Bared to You) y Reflejada en ti (Reflected in You), tras el éxito cosechado, se ha convertido ya en toda una saga. Ha sido número uno en las listas de ventas internacionales y en The New York Times, Wall Street Journal y Sunday Times, además de obtener un contrato con Lionsgate por los derechos para crear una serie de televisión. Y todo esto antes incluso de la publicación de Atada a ti (Entwined with You), el tercer libro sobre la historia de Gideon Cross y Eva Tramell.

En su día, muchas fueron las voces que catalogaban la serie Crossfire como una más de las novelas que intentaban aprovecharse del tirón de Cincuenta sombras de Grey de EL James y el boom del género de romántica erótica con toques de BDSM. Sin embargo, Sylvia Day ya escribía desde hacía varios años novelas románticas —históricas, contemporáneas y fantásticas— con escenas de sexo más bien explícito y sus libros habían sido traducidos a más de cuarenta idiomas mucho antes de la aparición en el panorama editorial del fenómeno Christian Grey y Anastasia Steele. Además, su producción ha continuado paralela a las publicaciones de la serie Crossfire, como por ejemplo sucede con la serie Afterburn & Aftershock.

Quizás, sería injusto negar que todas aquellas novelas que han salido posteriormente a Cincuenta sombras de Grey no se han beneficiado, en cierto sentido, de la tendencia que marcó esa trilogía, recordemos, basada en los personajes —Bella y Edward de Crepúsculo— de una autora que hace gala de pertenecer a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días, Stephenie Meyer. Sí, la vida es así de irónica y el mercado no es algo tan sencillo ni tan inocente o puro como puedan pensar los lectores.

Así que volvemos a la premisa que parecen compartir la mayoría de estas novelas: el empresario frío y distante, pero muy atractivo y poderoso, que resulta ser un dios del sexo. Y, como dicho de esa manera suena un poco negativo, los ejemplos de las obras en que se repite ese caso serán de libros reseñados en esta misma sección, porque en la variedad está el gusto y esto da pie a muchas historias.

El primero y, quizás, más conocido es el caso de Jesse Ward de la saga Mi hombre (Planeta, 2014) de Jodi Ellen Malpas. En cuanto a ficción nacional, Eric Zimmerman de la trilogía Pídeme lo que quieras (Esencia, 2014) de Megan Maxwell. Y, porque no hay dos sin tres, Nathaniel West de la serie Sumisión (Esencia, 2014) de Tara Sue Me. Todos han sido éxitos de ventas, todos parten de la misma idea, aunque cada uno la adapta a un entorno y unas circunstancias e introduce temas distintos. Y puede que eso sea lo interesante. Las novelas de Jodi Ellen Malpas hablan del negocio del sexo —atentos ahí a la colección Deseada—, Megan Maxwell propone una visión de las relaciones sexuales en grupo en un intento de comprender qué lleva a quienes lo practican a compartir incluso cuando los sentimientos están implicados; y en las obras de Tara Sue Me se desarrolla el tema de la aceptación y el afecto a través del BDSM.

Cautivada por ti, imagen de cubierta
de la edición española de Espasa
¿Y qué les sucede a Gideon Cross y a Eva Tramell? ¿Qué tiene su historia de particular o qué la hace diferente? ¿Por qué podría ser interesante leerla si leída una saga de erótica se han leído todas, como pueden asegurar muchos? Sencillo, porque Gideon y Eva son dos adultos emocionalmente destruidos debido a que durante su infancia sufrieron abusos sexuales reiterados por parte de una persona de confianza de su entorno.

Lo triste de esto es que en la vida real resulta poco probable —no imposible— que un millonario joven y atractivo, con increíbles habilidades sexuales, se fije en una muchacha corriente y se enamore de ella locamente. Mientras que lo que sí sucede a diario, por desgracia y no como algo fuera de lo común, son los abusos sexuales a menores.

Y no es cuestión de frivolizar. Sylvia Day no lo ha hecho en la serie Crossfire, aunque haya abordado el tema como un rasgo de los personajes en una historia de amor, y no como un ensayo o un drama narrativo. Todo lo contrario, la sensación que transmite es que ha querido darles una oportunidad para ser felices o, al menos, para salvarse.

Sin embargo, es comprensible que existan personas que se sientan ofendidas por ello, los lectores son muchos y cada cual tiene unas circunstancias particulares y una forma de pensar y de interpretar las emociones distinta. Pero lo positivo es que toda atención sobre este tipo de problemática es bien recibida, porque es una lacara social, una injusticia ante la que la gente no ha de permanecer ajena y se debe denunciar desde cualquier ámbito.

Aunque como autora contemporánea, el caso de Sylvia Day no es el primero. En lo que se ha dado en catalogar como romántica erótica, ya había precedentes de obras que desarrollaban historias con este tema como conflicto base. El ejemplo obvio es el de Megan Hart, una autora muy recomendable si se disfruta de este género pero, además, se le quiere añadir una profundidad psicológica compleja no siempre presente en este tipo de libros.

Y, tras esta reflexión, ahora toca Cautivada por ti (Espasa, 2014), con lo que es cuando llega la advertencia de posible spoiler si no has leído las anteriores entregas: No te escondo nada, Reflejada en ti y Atada a ti.

No te escondo nada, Reflejada en ti y Atada a ti, imágenes
de cubierta de las ediciones en español de Espasa

Son los primeros días después de su boda secreta, Eva y Gideon han vuelto a sus apartamentos en Nueva York. Ella, al que comparte con su mejor amigo, Gary, y él al de al lado, desde donde la custodiaba en privado para que nadie supiera que su relación seguía adelante y, así, mantener la coartada de Gideon para el asesinato de Nathan.

Pero ahora que la policía parece achacar el crimen a la mafia rusa, han de enfrentar otros problemas, además de los que les suponen sus infancias traumáticas. Y el más acuciante es el de Brett Kline, estrella del rock, y el vídeo de éste y Eva teniendo sexo en el servicio de un bar años atrás. Brett continúa chantajeando a Gideon y éste está desesperado porque Eva no llegue a verlo nunca.

Y si los celos están matando a Gideon por culpa de Brett Kline, los que siente Eva por Corinne no son menos ni más calmados. Además, ésta también prepara una sorpresa tras su intento de suicidio y la pérdida del bebé.

Por fin, se descubre qué le ha sucedido a Megumi, por qué no iba a trabajar y cuál era la causa por la que no respondía a las insistentes llamadas de Eva.

Continúan las difíciles relaciones entre Gideon y su familia, sobre todo con su hermano Christopher Videla Jr. y su madre. Aunque evoluciona su trato con Ireland, su joven hermana, gracias a la mediación de Eva. Ella, por su parte, sigue intentando escapar del control posesivo de su madre, Monica.

Aunque, probablemente, el tema de esta entrega es más que nunca cómo negocian con el sexo ambos protagonistas, para qué lo usa Gideon y lo que implica para Eva. Además, cruzan límites en sus relaciones físicas que siempre han sabido, al igual que el lector, que eran un objetivo de ambos.

Los lectores ven a Herny Cavill en el
papel de Gideon Cross en su adaptación
a la televisión...
...e, incluso, Sylvia Day ha llegado a hacer declaraciones al
respecto cuando la han entrevistado. A ella también le
parece una opción muy acertada.

En cuanto a los personajes, a estas alturas ya son viejos conocidos de los lectores. Pero si hay que describir a los dos protagonistas, de Gideon habría que decir que es protector, manipulador, posesivo y muy celoso. Pero se derrite cuando ve cómo Eva da la cara por él y lo defiende, ya que es algo que le ha faltado de niño y también de adulto. Y sobre ella, decir que no es menos celosa y está empeñada en superar sus problemas, por eso se centra en la terapia y lucha por encontrar un sitio propio y no a la sombra de otro, sea su madre, Stanton o el propio Gideon.

Los escenarios sitúan la historia principalmente en el Nueva York actual, salvo un viaje a San Diego, a la ciudad natal de Eva y Cary. Y el ambiente en todo momento es de lujo, sobre todo cuando aparece en escena Gideon o su familia.

Sobre la estructura externa hay que decir que las 426 páginas se dividen en 20 capítulos más o menos largos, aunque queda claro que el libro es parte de una serie. Y el estilo es directo y sencillo, se caracteriza por los cambios de voz narrativa entre Eva y Gideon, aunque predomina la de él. Siempre es en primera persona y en pasado. Y aunque Eva, que ha sido la narradora habitual en las otras novelas, no es ninguna mojigata a la hora de expresarse —más si es a través de pensamientos—, cuando la información le llega al lector por voz de Gideon es mucho más cruda. Es positivo saber lo que pasa por la cabeza de este joven millonario para entenderlo mejor, pero la narración se vuelve así más directa y se llena de un vocabulario y una línea de pensamiento obviamente sexual. Él lo gestiona todo a través del poder y el sexo.

“Los ojos me escocían y unas gotas de sudor me caían por la frente. El pecho se me movía por el esfuerzo. Ser consciente de que Eva había salido a bailar con Cary y algunos de sus amigos del sur de California no hacía más que afilar el borde sobre el que me cernía. Sabía cómo se ponía siempre que salía a beber y a bailar. Me encantaba follármela cuando su cuerpo estaba húmedo y sudoroso y su coño resbaladizo y hambriento.
«Dios santo». La polla me palpitaba y se me puso aún más dura. Los brazos me temblaban mientras me acercaba al punto de fatiga muscular. Las venas se me marcaban con fuerza en los brazos y en las manos. Necesitaba una ducha fría, pero no iba a masturbarme. Siempre lo guardaba para Eva. Cada gota densa y cremosa.”

Además, en cuanto a contenido, se nota tanto en Cautivada por ti como en Atada a ti que Sylvia Day da un frenazo importante en el avance de la trama. Si en No te escondo nada conocíamos a los personajes, sobre todo a Eva, y Reflejada en ti nos dejaba boquiabiertos en la recta final con el asesinato de Nathan y la distancia que marcaba Gideon con ella, en las posteriores entregas se aprecia poca evolución en cuanto a algunos temas y tampoco terminan de plantearse otros secundarios que refuercen o acompañen narrativamente al desarrollo de la relación entre ambos.

Sin embargo, si habéis empezado la saga, sabréis lo difícil que es dejar a estas dos almas en pena sin saber qué más puede sucederles o cómo se cerrarán los hilos narrativos. Y si no habéis comenzado y este tipo de obras os gustan, seguro que la disfrutaréis, porque la serie Crossfire cuenta con el añadido de unas tramas generales que dan profundidad psicológica a los actos de los personajes.

Al resto, le tocará esperar la llegada de Somos uno, la quinta y última novela de este saga de Sylvia Day, para la que aún se desconoce la fecha de publicación.

¡Leed!

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